domingo, 1 de julio de 2012

Los sobornados


Dirigida por Fritz Lang, se basa en un serial del Saturday Evening Post, de William P. McGivern, posteriormente editado (1952) como novela. Rodada en estudio, dispuso de un presupuesto modesto. Ganó el Edgar al mejor guión.

La acción tiene lugar en 1952 en una ciudad mediana de los EEUU, simbolizada por la inexistente Kenport, del imaginario condado de Parkway. Narra la historia del sargento de policía Dave Bannion (Glenn Ford), honesto, sencillo, casado con Katie (Jocelyn Brando) y padre de una niña de 2/3 años. Investiga el suicidio de un compañero de trabajo, Tom Duncan. Cuando se le ordena suspender la investigación, se ve enfrentado a una poderosa banda criminal.

La película denuncia la extensión a ciudades medianas y pequeñas del crimen organizado, que asienta su poder en el soborno y, donde éste no llega, en el crimen. La venalidad alcanza a personas de todos los estamentos públicos y privados. Tras máscaras invisibles, tejen una malla opresiva, que ahoga al ciudadano honesto. El sargento Bannion decide luchar contra el grupo mafioso de la localidad y sus conexiones. Su apuesta por la justicia, le costará un precio altísimo, que hará emerger en él una sed feroz de venganza. La película es extraordinariamente violenta. Los pesonajes se mueven en las aguas turbias de la ocultación, el silencio, el colaboracionismo, el miedo, el chantaje a la banda. La ambigüedad moral alcanza por unos momentos al propio Bannion, que se siente tentado por la belleza seductora de Debby Marsh (Gloria Graham), amante de un villano. Son escenas destacadas la secuencia emblemática de la obra (el sádico Vince Stone, en un arrebato de ira, echa café hirviente al rostro de su amante), el enfretamiento a tiros de Dave y Vince, la aproximación de Bertha al cuerpo sin vida del marido.
 
La música aporta una partitura orquestal, de viento y cuerdas, que incluye fragmentos románticos, festivos, dramáticos y de suspense, que confieren profundidad a la acción. La fotografía, de tono expresionista, recrea con la ayuda del claroscuro, la iluminación y las sombras, las atmósferas típicas del cine negro de los 30 y 40. La ambientación visual de los personajes refleja su mundo interior. La imagen de Lee Marvin le identifica como el villano de la obra. El guión desarrolla una narración habilmente condensada, unos diálogos acertados y brillantes, una correcta definición de personajes y una acción ágil. Define la honestidad, la bondad y la inocencia, que pone en contraste con la perversidad y la sed de venganza. La interpretación de los protagonistas y la de Lee Marvin es excelente. Katie (hermana de Marlon Brando) tiene una intervención convincente. La dirección deja en la obra su huella personal, su maestría en la recreación del mal y su sentido del drama.

Obra clásica del cine negro, cumbre del género.
Imprescindible.



Toda una obra maestra del cine azabache con algunos de los ingredientes de este elegante género modificado por la sabia reconducción de este espléndido cineasta austríaco, uno de los máximos exponentes del expresionismo alemán de comienzos del siglo XX, por ejemplo al invertir el tradicional papel de femme fatale ó en expresión castiza "mujer fatal", por un hombre fatal (e incluso si se prefiere la expresión por un hombre gafe), pues todas las mujeres con las que entra en contacto el personaje central masculino de la obra, el sargento del departamento de homicidios de la policía de la irreal ciudad de Kenport (interpretado de manera magistral por Glenn Ford), Dave Bannion, caen en desgracia.



El excelente guión fue escrito por el reportero de sucesos, guionista y productor norteamericano Sydney Boehm por el que recibió el premio Edgar al mejor guión en 1954, y para ello se basó en un serial del Saturday Evening Post del novelista y guionista para tv norteamericano William P. McGivern, quien posteriormente, en 1952, se encargaría de refundarlo en una novela homónima en su titulación original en inglés ("The big Heat") que en su tiempo causó bastante impacto y conmoción.



Al excelente guión, se une una maestría absoluta y un ritmo narrativo apoteósico, complementado por la extraordinaria ambigüedad moral de unos personajes que rallan por momentos la difícil línea de lo legal y lo ilegal, lo moral y lo inmoral.


Además en los aspectos técnicos la película no se queda atrás, pues a la intrigante banda sonora ensamblada por Daniele Amfitheatrof, se une una extraordinaria fotografía en blanco y negro a cargo de Charles Lang (que nada tiene que ver con Fritz) llena de sutiles y brillantes reminiscencias del famoso expresionismo del director austríaco.

Sin duda alguna esta es una magna obra paradigmática, influyente en la cinematografía posterior y de la que muchos cineastas se encargaron de encumbrar a la cima del olimpo del film noir.


Como dato anecdótico señalar la presencia de la hermana de Marlon Brando, Jocelyn Brando, interpretando el papel de amante esposa y "dulce degustadora" (compartiendo con su marido sorbos de cerveza, trozos de enormes bistecs, caladas de cigarros...etc) de los hábitos de su marido, el referido sargento de homicidios, Dave Bannion.

El mundo del crimen organizado forma un conglomerado donde hay mucho pez gordo implicado, hasta que alguien en un ataque de dignidad decide poner punto final al asunto.


Aunque como muy bien se encargó de señalar el personaje de la intrigante y maléfica Bertha Duncan (Jeanette Nolan) en una famosa frase que en EEUU se convirtió en el reclamo publicitario o tagline de la película; "Alguien va a pagar por ésto...porque se olvidó de matarme..." nos pone en antecedentes de lo que estamos a punto de ver


Arranca la película con la escena del suicidio del policía del departamento de información de la ciudad de Kenport, Tom Duncan, sentando en su escritorio, y la lenta bajada por las escaleras de su mujer, la repelente Bertha Duncan (Jeanette Nolan) de la que al parecer se estaba separando.

Acto seguido Bertha que acaba de leer un carta incriminatoria que su marido deseaba haber enviado al departamento de justicia de la ciudad para poner fin a a la ignominia de la que él formaba parte, decide utilizarla en beneficio propio para sobornar a toda una red del crimen organizado, entre cuyas partes se encontraban importantes y respetables miembros de la alta burguesía de Kenport.

La primera llamada de Bertha es para el jefe de todo el tinglado, el mafioso Mike Lagana (Alexander Scourby) a cuyas órdenes tiene a los esbirros Larry Gordon (Adam Williams), y sobre todo al chulesco y duro Vince Stone (Lee Marvin), quien siempre se encuentra jugando a las cartas con sus amigos en su propia casa, mientras su paciente y casquivana novia, Debby Marsh (Gloria Grahame), pasaba el tiempo como mejor podía.

Pillados hasta las trancas, la banda de Lagana entre cuyas fauces se encuentra el influyente comisionado de la policía, el sr Higgins (Howard Wendell), tejerá una serie de torticeros planes para mantener contenta a su reciente chantajeadora, la sra Duncan.

Entre esos planes se encuentran el persuadir al sargento de homicidios al cargo del caso, el sr Bannion, de no presionar demasiado a la interfecta viuda, quien se ha constituído una especie de seguro de vida por valor de un millón de dólares, al esconder la implicatoria carta de su marido en un banco y utilizarla si ello fuera necesario en caso de un posible asesinato.

Pero los planes se salen de madre, y el torpe esbirro de Lagana, Larry comete un "error imperdonable" al matar a la esposa de Bannion, Katie (Jocelyn Brando) con una bomba lapa en el coche.

A partir de entonces Bannion, quien acaba de ser despojado de su cargo de policía por influencias de Lagana se toma el asunto de manera harto personal.

Para ello entablará relación con la novia de Stone, Debbie, para destapar la trama.


TÍTULO ORIGINAL The Big Heat
AÑO 1953




DIRECTOR Fritz Lang
GUIÓN Sydney Boehm (Novela: William P. McGivern)
MÚSICA Daniele Amfitheatrof
FOTOGRAFÍA Charles Lang (B&W)
REPARTO Glenn Ford, Gloria Grahame, Jocelyn Brando, Alexander Scourby, Lee Marvin, Jeanette Nolan, Peter Whitney, Willis Bouchey, Robert Burton, Adam Williams, Howard Wendell, Chris Alcaide
PRODUCTORA Columbia Pictures


SINOPSIS Tom Duncan es un policía que se suicida y deja una carta en la que confiesa haber pertenecido a una banda de gángsters, pero también denuncia la corrupción de altos funcionarios. Mientras el sargento Dave Bannion trata de esclarecer la muerte de Duncan, la viuda de éste esconde la carta con la intención de sacarle provecho.
CRÍTICAS ----------------------------------------
Otra magnífica película de cine negro a cargo del maestro Lang. Narrada con un estilo claro y directo, los atormentados personajes del director alemán componen un relato tenso e intenso, sobre el crimen y la corrupción, que atrapa irremediablemente al espectador. Magnífica. 
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"Lang elabora una brutal película negra en la que la ambigüedad moral acecha a los personajes. (...) Una obra maestra." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
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Obra maestra del género. 
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Fulanas sospechosamente asesinadas...jarras de café arrojadas sobre los rostros de los novios Vince y Debbie...carnicería final, matándose unos a otros en cadena... y Bannion saliendo finalmente vencedor y recuperado para la causa policial.





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