Ha entrado un fotógrafo

Película con curioso e interesante argumento: un ex convicto que sale de prisión, se reforma y se gana la vida como paparazzi! Divertida, descarada y un poco ingenua, sobre todo nada alegórica, ni de esas que duran tres horazas. Indigna de los acólitos de cierto director nórdico.

Desafortunadamente no es perfecta y algunas partes son un poco forzadas, pero la acción transcurre con un ritmo deliciosamente irreal, haciendo que olvidemos que se rodó hace 80 años.

Es un buen ejemplo del Hollywood Pre-Code: el sexo está presente de forma explícita, hay buenas dosis de violencia.

Cagney dando mamporros no tiene pérdida.

Lo mejor de todo es que no decepciona. Como producto de la industria, entretiene, que no es poco. En sus apenas 80 minutos no da respiro, enganchándonos con sus rápidos diálogos y excelentes interpretaciones.

Cagney está soberbio, con Ralph Bellamy y Alice White haciendo algo más que darle la réplica.

Un poco de crítica al sistema sí que se puede encontrar, aunque no fuera ese el propósito de Lloyd Bacon. Me sorprende la frialdad con la que se vive la ejecución. Los periodistas acreditados pasan un mal trago. No sucede lo mismo con Cagney, los funcionarios y el electricista que acciona la palanca -eso creo yo-. Sin proponérselo nos expone los hechos, una parte que hoy en día sigue siendo polémica y, sí, una parte muy tenebrosa de los EEUU. Al final, otro toque perverso, con unos policías que reciben la orden de tirar a matar. 

El ex-convicto Danny Kean decide alejarse de su anterior vida de gangster y se convierte en el fotógrafo de un periódico. Pero se enamora de Patricia, la hija del policía que lo arrestó.

TÍTULO ORIGINAL	Picture Snatcher
AÑO	1933
DIRECTOR	Lloyd Bacon
GUIÓN	P.J. Wolfson, Allen Rivkin (Historia: Daniel Ahern)
MÚSICA	Leo F. Forbstein
FOTOGRAFÍA	Sol Polito (B&W)

REPARTO	James Cagney, Ralph Bellamy, Patricia Ellis, Alice White, Ralf Harolde, Robert Emmett O'Connor, Robert Barrat, G. Pat Collins, Arthur Vinton, Tom Wilson
PRODUCTORA	Warner Bros. Pictures