jueves, 5 de julio de 2012

La mujer marcada


Film de Lloyd Bacon (“La calle 42”, 1933) y Michael Curtiz (sin acreditar). El guión, de Robert Rossen y Abem Finkel, con diálogos adicionales de Seton I. Miller, se inspira libremente en la figura de Salvatore Lucania (a) Charles “Lucky” Luciano (1897-1962). Se rueda íntegramente en platós de Warner Studios (Burbank, L.A.). Gana la copa Volpi (actriz) de Venecia. Producido por Hal B. Wallis y Jack L. Warner para la WB, se estrena el 10-IV-1937 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en NYC, a lo largo de varios meses, en 1934/35. Mary Dwight Strauber (Davis), chica de alterne y prostituta del lujoso Club Intimate, de Manhattan, y varias de sus compañeras de trabajo, comparten apartamento, amistad, dificultades y problemas, en especial a partir de que Johnny Vanning (Ciannelli) adquiere el club e introduce en él grandes cambios. Las compañeras de Mary son Dorothy “Gabby” Marvin (Lane), Emmy Lou Eagan (Jewell), Florrie Liggett (Marquis) y Estelle Porter (Methot).

El film suma drama, crimen organizado, prostitución, suspense, thriller y romance. El protagonismo corresponde al grupo de 5 chicas lideradas por Mary. Ocupan el centro de la acción, la impulsan, la padecen y toman las decisiones que imponen su evolución. Representan a la mujer independiente, autónoma, decidida y batalladora, que se rebela contra los atropellos del hombre y no acepta ser tratada como “muñecas de burdel”. Prefiguran el modelo general de mujer que se impone en la sociedad americana tras la IIGM.


El estilo de la película se ajusta al realismo social propio de la Warner. Explora la realidad desde una perspectiva objetiva, comprometida con la justicia y orientada a la denuncia de los problemas sociales que afectan al país en la fase de recuperación económica (1934-39), posterior a los años más negros de la Gran Depresión (1930-33). Analiza las condiciones de vida y trabajo de las chicas arrastradas a la prostitución por la pobreza y la falta de oportunidades. Muestra una realidad conocida, que se resuelve con habilidad y gran economía de medios. No dice cosas nuevas, pero compone un retrato humano conmovedor, de gran interés por su realismo y brillante construcción. Destaca un plano singular: cuando Vanning mira a las chicas, para admitirlas o rechazarlas, se intercala un encuadre del rostro del gángster con la mirada puesta en el espectador, que siente la humillación y la impertinente exigencia de sumisión de las chicas.

Un segundo foco de atención son los cambios de la mafia, sus nuevas estrategias, métodos y negocios. Luciano es el creador del crimen organizado tal como existe actualmente. Prescinde de los principios tradicionales (honor, tradición, respeto y dignidad), no útiles para extender las actividades con rapidez. Incorpora a la organización a personas no sicilianas y no italianas.
  

Tras los años de la prohibición, se dedica a la venta de heroína y morfina, se introduce en el negocio del juego y la prostitución. En los primeros años 30 consigue prácticamente el monopolio de los clubs de noche y prostíbulos de Manhattan. Después de la IIGM impulsa el consumo de heroína en el país.

La película se basa en unos diálogos abundantes, bien escritos, agudos y ocurrentes, que recogen (en la versión original) el acento italiano de Vanning y expresiones coloquiales propias del mundo de la mala vida. Sitúa fuera de plano las escenas violentas, que se explican con referencias verbales, sobreentendidos, sonidos o la visión de las consecuencias. El temor a la censura hace que el espectador tenga que leer entre líneas, prestar atención al subtexto y convertir adecuadamente sospechas en certezas.


Pone de manifiesto y subraya la ambición de los nuevos mafiosos, los beneficios rápidos que pretenden, sus métodos de exprimir hasta agotar la cartera de los clientes. Expone la preferencia de los mismos por las decoraciones, arquitecturas, adornos, joyas, iluminación (luces indirectas) y vestidos, acordes con el estilo del “art decó”, que se mantiene de moda entre 1925 y 1940 y se extiende en algunas de sus manifestaciones hasta los años 50. En él abundan las formas vegetales, los blancos y los negros, los brillos, los reflejos, el uso del vidrio, la cerámica vitrificada, etc.

Es curioso el sistema gestual que rige el código de órdenes que reciben las chicas en el club y el carácter extremado de Vanning, que disfruta de manejar y manipular personas más que de ganar dinero. Algunos comentaristas consideran que la figura de Vanning se inspira en el coproductor Jack L. Warner. Llama la atención el gran lujo de los coches de mediados de los 30. El servicio en el bar de bebidas tan actuales como el licor “Benedictine”, el licor de menta y el sherry de Pedro Domecq. Cuando hablan del río, se refieren siempre al río Hudson. Es curioso el rechazo de Vanning de todo lo que no entiende y su falta de disposición a entender, características propias de las mentalidades simples y autoritarias. Son magníficos los escotes que lucen Davis y sus compañeras. La interpretación de Bette Davis, tras perder un pleito con la Warner, es brillante, versátil, fresca, natural y seductora. Brilla con luz propia el grupo de chicas. Bogart cumple.


La banda sonora, de Bernhard Kaun, David Raskin y Heinz Roemheld, cumple funciones ambientales y descriptivas a cargo de una orquesta de blues. Añade 2 canciones adaptadas que subrayan el ambiente del club: “My Silver Dollar Man” y “Mister and Missus Doakes”, ambas con música de Al Dubin. La fotografía, de Georges Barnes (“Rebeca”, Hitchcock, 1940), en B/N, ofrece imágenes que contrastan negros densos y sólidos con blancos y plateados generosos. Las atmósferas negras se limitan a las tomas en las calles de noche.

Película interesante y emocionante, de concepción compleja y detallada en la descripción de situaciones.


TÍTULO ORIGINAL Marked Woman
AÑO 1937




DIRECTOR Lloyd Bacon
GUIÓN Abem Finkel, Robert Rossen
MÚSICA Bernhard Kaun, Heinz Roemheld
FOTOGRAFÍA George Barnes
REPARTO Bette Davis, Humphrey Bogart, Lola Lane, Isabel Jewell, Eduardo Ciannelli, Rosalind Marquis, Mayo Methot, Jane Bryan, Allen Jenkins, John Litel, Ben Welden, Damian O'Flynn, Henry O'Neill
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures
PREMIOS 1937: Festival de Venecia: Mejor actriz (Bette Davis)


SINOPSIS El mafioso Johnny Vanning dirige un ostentoso club nocturno de Nueva York en el que explota a sus chicas y las tiene atemorizadas. Mary incita a un juerguista a ganar más dinero del que tiene y, cuando no puede pagar, le matan. El fiscal del distrito, David Graham, convencido de que el caso está ganado, lleva a Vanning a juicio...

Michael Curtiz rodó algunas escenas de la película mientras el director Lloyd Bacon estaba en su luna de miel.

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