Intensísima representación de la locura y la maldad humana la que nos
regala el director alemán Curtis Bernhardt a través principalmente de
una maravillosa representación de la siempre increible Joan Crawford.
Con un estilo marcadísimo, unas sombras que hablan por sí solas y un
guión bastante sólido estamos ante una cinta que causará bastante
sorpresa a aquellos que la disfruten por primera vez.
Con un comienzo tan espectacular como enigmático, tan inolvidable como desconcertante, Louise Howell (Joan Crawford) aparece en la pantalla deambulando por unas vacías calles de Los Ángeles y apoderada de una locura a la que dará explicación en un tremendo flashback. Repito. Los primeros quince minutos son memorables y creo que solo con eso Joan Crawford se ganó una nominación a los Oscars. A partir de aquí da comienzo el relato de los hechos donde un muy notable Van Helfin, como siempre, da vida a el ingeniero David Sutton por cuyo amor Louise Howell pierde completamente la razón. Personalmente no encuentro una gran química entre los dos pero no hace falta ya que, sin duda, es compensado por la gran clase de ambos actores.
Con un comienzo tan espectacular como enigmático, tan inolvidable como desconcertante, Louise Howell (Joan Crawford) aparece en la pantalla deambulando por unas vacías calles de Los Ángeles y apoderada de una locura a la que dará explicación en un tremendo flashback. Repito. Los primeros quince minutos son memorables y creo que solo con eso Joan Crawford se ganó una nominación a los Oscars. A partir de aquí da comienzo el relato de los hechos donde un muy notable Van Helfin, como siempre, da vida a el ingeniero David Sutton por cuyo amor Louise Howell pierde completamente la razón. Personalmente no encuentro una gran química entre los dos pero no hace falta ya que, sin duda, es compensado por la gran clase de ambos actores.
La película cuenta con unas cuantas licencias narrativas bastante
interesantes, no muy abundantes en la época y que acercan por momentos
la trama al miedo, a la tensión psicológica y porque no al terror. En el
spoiler me referiré a ellos por el hecho diferencial que representa con
otro cine contemporáneo como el de Tourner, Lang o Siodmak. Por otra
parte, la música acompaña con tremendo acierto y tampoco olvidar una
gran caracterización de Crawford además de una maravillosa puesta en
escena durante toda la cinta.
Con un gran tramo final estamos ante una de las mejores representaciones de la locura y enajenación mental hecha hasta la fecha en Hollywood con una Joan Crawford estelar. Para mi gusto y junto a "Una Vida Robada" (sus dos primeros largometrajes en América) las dos mejores obras de Curtis Bernhard. Ésta para no perdérsela.
Con un gran tramo final estamos ante una de las mejores representaciones de la locura y enajenación mental hecha hasta la fecha en Hollywood con una Joan Crawford estelar. Para mi gusto y junto a "Una Vida Robada" (sus dos primeros largometrajes en América) las dos mejores obras de Curtis Bernhard. Ésta para no perdérsela.
Pues lo más interesante, como me refería antes, son unas cuantas
licencias bastante atractivas que tiene la película. La primera es el
acercamiento al cine auténtico de terror que se hace con la visita a la
casa del lago de Louise Howell y Dean Graham. Esa vuelta "al lugar del
crimen" supone unos minutos de tensión y miedo culminado por unos gritos
de Louise que ponen los pelos de punta. El recorrido por la casa y el
ventanal cerrándose por una mano desconocida completan una escena
bastante poderosa. La otra escena sorprendente e inaudita es el "falso"
asesinato de la hija de Dean a manos de Louise en las escaleras que no
sirve ni más ni menos para meternos dentro de una mente apoderada por la
locura y ausente totalmente de lucidez y raciocinio.
También, y siguiendo la misma linea, curiosa es la relación entre los personajes y sus edades que rompen cualquier patrón utilizado en la época. De la insultante juventud de la hija de Dean Graham y su relación con un ya maduro Davis Sutton (en un diálogo hacen referencia explícita) a la existente entre Louise y Dean Graham terminado en un matrimonio abocado al fracaso desde su primer instante.
Por último y para poner el colofón a una gran obra quedémosnos con el asesinato final, la muerte de David a manos De Louise (como no podía ser de otra manera) y la cara de ésta en el fatídico momento. Gran Joan Crawford.
También, y siguiendo la misma linea, curiosa es la relación entre los personajes y sus edades que rompen cualquier patrón utilizado en la época. De la insultante juventud de la hija de Dean Graham y su relación con un ya maduro Davis Sutton (en un diálogo hacen referencia explícita) a la existente entre Louise y Dean Graham terminado en un matrimonio abocado al fracaso desde su primer instante.
Por último y para poner el colofón a una gran obra quedémosnos con el asesinato final, la muerte de David a manos De Louise (como no podía ser de otra manera) y la cara de ésta en el fatídico momento. Gran Joan Crawford.
TÍTULO ORIGINAL | Possessed |
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AÑO | 1947 |
DIRECTOR | Curtis Bernhardt |
GUIÓN | Silvia Richard, Ranald MacDougall (Historia: Rita Weiman) |
MÚSICA | Franz Waxman |
FOTOGRAFÍA | Joseph A. Valentine (B&W) |
REPARTO | Joan Crawford, Raymond Massey, Van Heflin, Geraldine Brooks, Stanley Ridges |
PRODUCTORA | Warner Bros. Pictures |
PREMIOS | 1947: Nominada al Oscar: Mejor actriz (Joan Crawford) |
SINOPSIS | Después de ser rechazada por el ingeniero David Sutton (Van Heflin), la enfermera Louise Howell (Joan Crawford) se casa por despecho con el magnate Dean Graham (Raymond Massey), cuya mujer se ha suicidado. Louise empieza a sufrir alucinaciones y no puede soportar que su hijastra, la joven Carol Graham (Geraldine Brooks), se enamore de su amado David Sutton. |
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